La experiencia de los CEVAS, fue creciendo por nuestro país a través de la mano de nuestros fundadores:
Monseñor Goic, luego de su ordenación episcopal en 1979, fue nombrado obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Concepción donde sembró la semilla del CEVAS, hoy recuerda:
“llegamos a tener en un momento en todas las parroquias cerca de 20.000 niños y alrededor de 1.000 monitores, fue una experiencia muy hermosa”
Años más tarde, fue nombrado obispo auxiliar en Talca donde también inició los CEVAS aunque no prosperaron con tanta fuerza. Luego siendo obispo titular en Osorno, así como en Rancagua, fundó CEVAS en distintas parroquias.
Por su parte, el Padre Hugo, luego de salirse de la Familia Salesiana e incorporarse a su nueva Comunidad “Misioneros de la Transfiguración del Señor”, que estaba en la Diócesis de Valparaíso lanza la idea de los CEVAS y prende felizmente, con la ayuda generosa de varios laicos. El Padre Ricardo Gómez recuerda:
“Fui testigo de los CEVAS de los años 1984 y 1985 en Belloto y Quilpué habían unos 10 centros funcionando y en la clausura llegaban unos 3.000 niños a jugar, reír y presentar sus hermosas representaciones religiosas. (En Belloto Sur había un Centro que acogía hasta 500 niños)”
En 1986, la Obra Misionera de la Transfiguración del Señor se traslada a la Diócesis de San Felipe y con ella llega el P. Hugo, que es nombrado Párroco de Rinconada de Silva. Ya en el verano de 1987 intenta hacer pequeños CEVAS por los sectores que componen la Parroquia. Continúa apoyando muy activamente los CEVAS de Belloto y Quilpué e intenta sembrar CEVAS en Santiago.
En 1992 apoya, a la distancia, el surgimiento de los CEVAS oficialmente en la Diócesis de San Felipe de Aconcagua (y que perduran hasta el día de hoy). Va a confesar a los niños a los centros y celebra la “Misa pedagógica”.
Como buena semilla, también otros la comparten y se establece el CEVAS en Chillan, Puerto Montt y Vallenar. Y el número de experiencias va creciendo en cada Diócesis, pasando como todo movimiento por momentos de expansión y también de receso.
En un afán misionero, el año 2003 el Padre Ricardo Gómez, misionero Transfigurista, lleva la experiencia del CEVAS a la Argentina, específicamente a una localidad llamada: “La Bebida” en el Departamento de Rivadavia. Allí la experiencia permanece por algunos años, pero después lamentablemente no persevera.
Es aproximadamente en el 2004 cuando comienza a surgir la idea de buscar experiencias de CEVAS en Chile para compartir experiencias. En ese mismo año el Padre Ricardo intenta contactar a distintos CEVAS de Chile, especialmente al de Magallanes, donde se sabía que había iniciado todo, convocando a un encuentro Nacional. Finalmente, solo asisten experiencias de la Diócesis de San Felipe y del CEVAS de Argentina.
Pero el Espíritu Santo que siempre fomenta la Unidad, no se queda tranquilo y suscita también esa inquietud en una Joven de la Arquidiócesis de Concepción, la Srta Paula Cifuentes, quien ocupando diferentes medios tecnológicos, comienza a contactarse y a buscar otras experiencias de CEVAS en Chile. Se pone en contacto también con San Felipe y participa incluso en un encuentro Diocesano.
Tras ese acercamiento, la Arquidiócesis de Concepción, quien teniendo ya organizada las experiencias de sus CEVAS en una Coordinación Arquidiocesana, invita a los CEVAS de Chile a la Celebración de los 25 años de la experiencia en su Arquidiócesis.
Es así como el 17 y 18 de junio de 2006 en una Jornada de Formación, se realiza en Concepción la primera reunión con representantes de CEVAS de diversos lugares de Chile: Asistiendo La Ligua, La Calera, Valparaíso, Rancagua, Chillán, Puerto Montt , San Felipe y de Concepción.
En esa primera instancia de encuentro, surge el deseo de realizar un encuentro Nacional y así tratar de unir los CEVAS de Chile, para fortalecer la experiencia. El Padre Ricardo Gómez, presente en este encuentro, propone a San Felipe, como sede de este I ENCUENTRO NACIONAL DE COORDINADORES CEVAS.